Ausencia
Corriendo en círculos como estúpido,
sin poder salir de esta esfera de plomo…
Buscando la bisagra de la puerta que nunca existió,
dentro de la esfera de hierro, a la que llamamos rutina.
Rasgando muros irregulares,
destrozando las uñas por la desesperación.
Dejando que la angustia me consuma.
Dejando que la angustia me acabe.
De a poco descubro que la luz que necesito
deja de alumbrarme.
Calla y se agota, se desmorona y se aplaca.
¿A dónde vas pequeño fulgor?
Desespero al saber que de a poco te alejas,
que evitas mi presencia.
¡Grito!
Grito bien fuerte para que no me dejes.
Y el dolor punzante me invade al ver que mis gritos
son ahuecados por la nada.
Te vas, te vas y dejas que el frío y la oscuridad me carcoman.
Te vas, y siento la sangre congelarse dentro de estos tubos violáceos.
Te vas, y cada vuelta de mis pensamientos se enreda en si misma.
Te vas, te fuiste…
me voy.