sábado, 4 de octubre de 2008

a mi lectora MAR

El destello de aquella luz que se bamboleaba pendularmente,
como si fuese arrullada por las luciérnagas que ronroneaban a su alrededor, despertó a esa noche invernal que dormitaba desprevenida.
La madera parecía cantar una melodía indescifrable que invadía el silencio y lo perfumaba de ese escozor que suelen producir los fríos abrazos del invierno.
Los crujidos perturbaban la pereza de aquel lugar, los chillidos rebelaban que aquel esqueleto de roble aun no dormía en paz.
El embriagante olor a campo virgen invadía los sentidos como cientos de duendecillos traviesos, que trepaban por los canales y jugaban como criaturas en primavera.
El dulce movimiento del pasto combinaba sus compases con aquella luz inocente que no dejaba de señalar que la noche no dormía…
Y es que... ¿Cómo podría dormir alguien con semejante paisaje a sus pies?
Los verdes prados pincelados de nácar y azahar, brillando y danzando al ritmo de la brisa nocturna, y aquel firmamento que se extendía hasta donde no llega el hombre y que perturbaba el alma de cualquiera al saludar con sus miles de ojos destellantes…
Era como ver el rostro de la paz en persona.
Los caminos habían desaparecido. Todo era una sola unidad. Todo era armonía.
Los ojos gritaban por no abandonar aquel espectáculo hedénico y se aferraban a las columnas de la galería… no querían olvidar ese espacio, no querían desnudarse del recuerdo.
Pero sabían que de alguna forma no se iban.
Siempre sentirían la brisa, la humedad de la alegría en sus pupilas…siempre recorrerían aquel cielo insinuante con las caricias de sus pestañas en cada parpadeo, siempre se deleitarían con el verde azulado de aquellas olas campestres… y sobre todas las cosas… siempre sabrían cómo encontrar el camino para regresar.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Caminante, no hay camino...
Sobre todo en el mar. Era para Mar, para armar, para amar del derecho y del revés. O tal vez fue la lectura inversa que me dejó confundido.
gracias,
Ale.

Mariano Nahuel Bennasar dijo...

Eh... me superó la idea de la narración... La naturaleza predomina y es buen hilo conductor, aunque me pierda en la lluvia de imágenes que milimétricamente sew suceden una tras otra.
Besos
Marian

raqel dijo...

Lucia, por favor quisiera comunicarme con vos , para poder invitarte a un festival de poesia joven.
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